lunes, 24 de junio de 2013

DESVELADO EL MISTERIO DE LA TORMENTA DE SATURNO

Aproximadamente una vez cada año de Saturno, equivalente a unos 30 años de la Tierra, se produce en el planeta de los anillos una tormenta de enormes proporciones que afecta al aspecto de su atmósfera a escala global. Estas tormentas gigantes se denominan Grandes Manchas Blancas por el aspecto que presentan sobre la atmósfera del planeta. La primera observación de una de ellas se realizó en 1876; la Gran Mancha Blanca de 2010 fue la sexta en ser observada. En esa ocasión la nave espacial Cassini pudo obtener imágenes de muy alta resolución de la gran estructura meteorológica.
Ya se conocen las claves para entender la naturaleza de este fenómeno y constituyen un banco de pruebas de  la física que tiene lugar en los fenómenos meteorológicos violentos en la atmósfera de la Tierra   
La tormenta se desarrolló a partir de una pequeña nube blanca brillante en las latitudes medias del hemisferio norte,  que fue  creciendo rápidamente y permaneció activa durante más de siete meses. Durante ese tiempo generó una amalgama de nubes blancas que se expandieron hasta formar un anillo nuboso y turbulento con una extensión de miles de millones de kilómetros cuadrados. El Grupo de Ciencias Planetarias  presentó hace dos años un primer estudio de la tormenta que fue portada en la revista Nature del 7 de julio de 2011. Ahora, en el nuevo trabajo, desvelan los secretos ocultos del fenómeno estudiando al detalle “la cabeza” o “foco” de la Gran Mancha Blanca.
El equipo de astrónomos analizó imágenes tomadas por la sonda Cassini para medir los vientos en la “cabeza” de la tormenta, el foco donde se originó la actividad. En esa región la tormenta interacciona con la atmósfera circundante formando vientos sostenidos muy intensos con valores típicos de 500 kilómetros  por hora.  “No esperábamos encontrar una circulación tan violenta en la región de desarrollo de la tormenta, lo que es un síntoma de la interacción particularmente violenta entre la tormenta y la atmósfera del planeta ”, comenta Enrique García. También han podido determinar que las nubes se elevan más de 40 km por encima de las nubes del propio planeta.
Información: Universidad del País Vasco.

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