martes, 31 de mayo de 2011

LA "NIÑA MOMIA" DE CADIZ PUDO SER OCULTADA EN LA CREENCIA DE QUE ESTABA POSEIDA

Los operarios que trabajaban un buen día del año 1987 en las obras de la parroquia de San Lorenzo de Cádiz no se imaginaban que aquella jornada de trabajo no iba a ser como las demás. No podían intuir que tras derribar muros, picar suelos y acumular cascotes iban a ser testigos de uno de los hallazgos más misteriosos de la historia de la ciudad. Oculto en una grieta bajo la bóveda de la iglesia descubrieron un cuerpo menudo. Cubierto por una especie de esterilla, se trataba del cadáver de una niña, aunque no eran capaces de adivinar la edad que debía tener cuando murió.
"LA VOZ DIGITAL"
Por el calor y la humedad característicos de esta zona, su cuerpo aún conservaba parte de los tejidos. Estaban ante una momificación natural y hasta ahora, la única momia que ha aparecido en Cádiz.
Llevaba un vestido bordado, de encaje, medias de lana y unos zapatitos de charol claros, pero lo que más llamaba la atención era su rostro, su mueca grotesca y la cabeza girada hacia el brazo derecho, encogido. Los expertos los llaman 'postura antiálgica' y es la posición que adopta una persona para evitar un fuerte dolor.
Curiosamente, la noticia no trascendió a la prensa, pese a lo insólito del hallazgo. ¿Qué hacía un cuerpo escondido en un sitio como ese? No se trataba de una tumba, no estaba enterrada, sino oculta. ¿Y por qué ahí? Además, el aspecto de sus vestiduras daba a entender que en su día la pequeña perteneció a una familia acomodada.
Los restos se llevaron a la Facultad de Medicina y después fueron a parar al Hospital Naval de San Fernando donde se le practicó una autopsia y un estudio radiológico. El objetivo era determinar la edad de la niña y observar las lesiones que pudieron conducirla a la muerte. El doctor Blanco Villero, anatomopatólogo, le hizo las pruebas pertinentes, que revelaron, además de la edad, -unos 5 o 6 años-, una luxación en la cabeza del húmero, la novena costilla hundida y una diferencia de altura entre la cintura escapular derecha y la izquierda.
Licenciada en Medicina y Arqueología, Milagros Macías López, fue la única que de verdad sintió la necesidad de profundizar, de investigar más en el caso. «Le habían hecho unas radiografías vestida y yo quise hacer un estudio más profundo». Su trabajo le llevó a constatar que la niña tenía una malformación congénita en el hombro, pero la cuestión de la luxación le inquietaba. «Es algo muy raro en niños», apunta la paleopatóloga. La causa tuvo que ser un fuerte golpe. Al final concluyó su informe con una hipótesis: «las lesiones podrían ser compatibles con una crisis epiléptica». Eso sí, la pequeña falleció sin que la luxación fuese reducida, por lo que Macías deduce de esto que «los acontecimientos de la muerte y el traumatismo tuvieron que estar próximos en el tiempo».
Pese a que la experta subraya que no se puede constatar objetivamente ninguna causa de la muerte, la teoría más plausible es que la niña entrara en «estatus epiléptico» y debido a las fuertes convulsiones, se dañara el hombro. Es más, en aquella época -la muerte se debió producir a finales del siglo XIX o a principios del XX-, había un gran desconocimiento de la enfermedad. «Una crisis epiléptica, si dura mucho, y no se trata, puede provocar la muerte porque hace que la musculatura se contraiga e impide a la persona respirar». 
La razón que llevó a la pequeña de cinco años a fallecer no es el único interrogante de esta truculenta historia, el principal hace referencia a por qué se ocultó el cuerpo en una grieta en la iglesia y no en un cementerio. A este respecto, Macías se atreve a apuntar dos opciones: «o se trataba sencillamente de ocultar un cadáver o bien querían colocar a la niña en un lugar sagrado». Esta última conjetura casa perfectamente la hipótesis de la epilepsia, ya que siglos atrás, cuando aún no se tenía información sobre este mal, muchos lo relacionaban con posesiones demoníacas.

1 comentario:

  1. Normalmente, una postura antiálgica desaparece al fallecer el individuo. Creo que, en este caso, se han hecho muchas conjeturas...

    Un saludo.

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