IKER JIMENEZ... DE CERCA: "Creo en el Dios de la Vida, profundamente. No me creo el mecanicismo con el que han intentado alejarnos de la idea de lo sagrado"
GONZALO PEREZ: Iker, temporada tras temporada, estás manteniendo vivos la consideración y el respeto entre el gran público para tus programas de radio y televisión. ¿Qué sientes cuando miras atrás, al comienzo de la andadura, vértigo, añoranza, satisfacción… o lo importante es el camino recorrido?
IKER JIMENEZ: Es una pregunta complicada, Gonzalo. Quizá siento todas esas cosas juntas. Como decían los peregrinos del Siglo XII, lo importante es el camino, no la meta. Ante todo siento, una permanente sed de conocimiento, un torrente de preguntas que no mengua con el tiempo, sino que crece. Crece algo en mi interior que obliga a analizar el misterio de la vida desde muchas perspectivas. Cada día soy más consciente del gran enigma de la Vida. Me doy cuenta de que me queda todo por saber.
GONZALO P.: En ese trayecto te has encontrado y te han acompañado muchas personas ¿quiénes, especialmente, han influido en tu caminar?
IKER J.: Incontables. Hay muchos artistas – creo que divulgar y contar también es un arte- que han influido. Procuro hacer mía una frase del gran Picasso: “ lo que veo lo copio”. ¿Y qué quiere decir esto realmente? Pues que procuro aprender de todo el mundo. Casi todo el mundo, por muy alejado que esté de uno, te puede enseñar. Para eso hay que escuchar y tener verdadero interés. La magia de absorber enseñanzas, conocimiento, y luego asimilarlo, es algo tremendamente importante para mi. Es como una droga. Aprender no para acumular conocimientos sin más, sino para estar más cerca del auténtico misterio. Procuro aprender constantemente. JJ Benitez, Félix Rodríguez de la Fuente, Rof Carballo, Goya; Gregorio Marañón, Jesucristo, Chicho Ibáñez Serrador, Kingsley, Poe, Los Pintores de Altamira…hay muchos maestros que, si uno quiere, enseñan. Enseñan de una forma directa y reveladora.
GONZALO P.: ¿Has tenido que dejar o sacrificar cosas, relaciones o personas en esta travesía?
IKER J.: He sido un niño con un sueño muy claro. Y sigo siendo un niño que sueña. Soy un privilegiado, porque esto es muy difícil y complicado. Doy gracias a la Vida por permitirme vivir y hacer lo que siempre he soñado. No creo que haya sacrificado nada. He vivido siempre envuelto de fantasía, de arte, de locura, de emoción y de sensibilidad. Así he sido, así soy y creo que así seré. No hay otra posibilidad.
GONZALO P.: Y siguiendo por “senderos” y “caminos”, en un plano más transcendental, ¿qué cree Iker Jiménez que hay al final de este trayecto por la vida en la Tierra?
IKER J.: Evidentemente, como pobre e insignificante humano, no tengo una certeza. Lo que empiezo a intuir, en este milagro de la Vida, es que todo es mucho más mágico de lo que nos quieren hacer creer. Qué pena que muchos no se den cuenta. Si esta vida es tan alucinante, lo que viene después ¿ por qué no va a serlo?
GONZALO P.: No abandonamos el terreno de las creencias personales en relación con los aspectos de nuestra existencia. ¿Qué o quién sería el Relojero Cósmico que has nombrado en más de una ocasión? ¿Una manera de evitar decir Dios?
IKER J.: Yo creo en el Dios de la Vida. Profundamente. Más que nunca. Creo en ese Dios y no me creo el mecanicismo con el que han intentado alejarnos de la idea de lo sagrado. Es una maniobra que algunos intentan ejecutar siniestramente. Creo en el poder de lo sagrado. Hace poco, por ejemplo, leyendo libros científicos, supe que nadie sabe aún como el espermatozoide encuentra al óvulo. Su “radar” se comporta de un modo absolutamente incomprensible. Hay un debate de científicos de primer nivel. Pero nadie sabe. Y yo me pregunto ¿Qué guía en el camino de la Vida a la célula más diminuta del cuerpo humano?
Quiere decir, Gonzalo, que incluso en el inicio de la Vida, hay un misterio insondable. Pero la mayoría de la gente ni sabe ni quiere preguntarse. Viven sin saber que desde el mismo instante de la gestación hay algo que nos guía. Y yo creo en ese algo que guía al espermatozoide, que rige el universo, que da una tendencia a la realidad. No me creo a quienes han racionalizado eso. ¿ Ese es Dios? Pues yo creo en Dios. En un Dios que vive en cada uno de nosotros y que puso a funcionar todo esto.
GONZALO P.: Los dos coincidimos en la consideración de "El Exorcista" como el film más terrorífico de todos los tiempos, sin duda algo más que una película. ¿Crees en la existencia del demonio?
IKER J.: En el demonio humano, por supuesto. En el mal, por supuesto. En las fuerzas de la oscuridad, por supuesto. Hay que librarse de ellas. Pelear contra ellas. No dejarse caer en la tentación. A veces la palabras sagradas, remotas y antiguas, tienen mucha más enjundia de lo que creemos. Pero la oscuridad está en muchas partes, acechando. Ser firme, tener valores, ser coherente, valiente, entusiasta, creer en la Vida, te hace combatir a esas fuerzas.
GONZALO P.: ¿Dónde quedó y qué queda de "Las Caras de Bélmez"?
IKER J.: Hace 20 años justos realicé, junto a Lorenzo Fernandez, mi primera investigación y reportaje sobre el tema. Se publicó en el Diario Jaén. Después nos involucramos mucho con la “Operación Tridente” o la maniobra para sepultar el misterio por parte de los poderes fácticos. En 2003 viví intensamente la investigación de Tumbas Sin Nombre. Te aseguro, compañero, que es algo de lo más apasionante que he hecho en mi vida. Algo imborrable. Yo creo que en Bélmez existe algo, un impulso iniciador, francamente inexplicable. Algunas soluciones formales y plásticas que he visto en ese suelo me recuerdan a algo, a una chispa misteriosa, que he visto en las mismísimas cuevas rupestres. Soluciones complejas no al alcance de cualquiera en su magisterio. Me he propuesto volver sobre el asunto. Voy a intentarlo con todas mis fuerzas en busca de nuevas claves. Bélmez , hasta que no se descubra del todo el enigma, es como un eterno retorno. 20 años no es poco. Ojalá logre descubrir nuevas cosas. Por intentarlo que no quede.
GONZALO P.: Las reflexiones finales de Iker Jiménez con las que se cierra cada semana Cuarto Milenio son uno de los momentos más queridos por los telespectadores del programa. ¿Es también un instante especial para ti?
IKER J.: Son unos minutos de libertad. Con mis locuras, mis anhelos, mis reflexiones. Empezó como algo puntual y se han convertido en una seña del programa. En fin, Iker es mucho más que casos, fenómenos, investigaciones reportajes o entrevistas. Iker es alguien que reflexiona, analiza, lanza preguntas al aire. En eso es una rara avis, creo. Y siempre, siempre, lo hace, lo hago, con un espíritu de análisis y de mejora. Eso es lo que me impulsa.
GONZALO P.: ¿De cuál de los muchos personajes que has entrevistado o conocido has escuchado la mejor enseñanza, el mensaje que sigue acompañándote?
IKER J.: He tenido la oportunidad de entrevistar a personas clave en nuestro apasionante mundillo. Y en muchos mundillos. Ninguna me ha impactado como me impacto en su día JJ Benítez. Su firmeza, su fe, su apuesta, creo que constituyen un mensaje muy hondo y muy auténtico. A contracorriente de lo establecido. Me han impresionado mucho Chicho Ibáñez Serrador, Jean Clottes, uno de los más grandes prehistoriadores del mundo, Chema Ceballos, guardián de las Cuevas de Santander, Carlos Llandres, compañero del gran Félix hasta su último viaje, y tantos y tantos otros exploradores, científicos, viajeros, filósofos…He aprendido de muchos maestros. Y creo que ninguno me ha decepcionado. Pues todos están hechos de una pasta muy especial. Son coherentes. Eso es lo que distingo enseguida entre los maestros y los que no lo son. Puede haber contradicción, puede haber cambios, puede haber distanciamientos, pero su vida y su discurso tienen una vía cierta y coherente. He conocido a muchas personas que tienen luz, brillo. Un resplandor que no se va jamás. Una curiosidad ante la vida, una pasión, una fascinación por el misterio de casi todo. De esos, en mi opinión, hay que aprender. De esos hay que “contagiarse”.
GONZALO P.: Los animales, aunque no de manera asidua, han sido invitados muy especiales en Cuarto Milenio: lobos, panteras negras, serpientes… Habrá quien se pregunte qué tienen que ver estos amigos con lo paranormal, sin embargo existen muchas relaciones entre los animales y lo metapsíquico ¿no? Además, ¿pudo haber existido un nexo ya perdido entre nosotros y el resto de los animales del que únicamente perdure la percepción de una misteriosa fascinación?
IKER J.: Estoy absolutamente convencido. El redescubrimiento del mundo animal, y de sus “capacidades”, es todo un hallazgo para mi. Mis perros pertenecen a mi Clan. Los defendería del mismo modo que a cualquiera de los míos. La conexión hombre-animal, solo posible con cierta sensibilidad y visión de la naturaleza, es algo fantástico.
GONZALO P.: En los contenidos de tus programas, tanto en radio como en televisión, sigues apostando por los temas ufológicos actuando a contracorriente con lo que parece la norma. ¿Qué es lo que está pasando con los ovnis?, ¿es que no interesan? Y lo que es más extraño ¿qué hay de esos “investigadores” que ahora rehuyen del fenómeno, cuando en el pasado estaban tan cómodos junto a él?
IKER J.: Los ovnis son un reflejo muy claro de lo que es el misterio. No podemos apresarlo. No podemos comprenderlo. No podemos ir más allá. Somos muy poco respecto a él. Por eso muchos se cansan. Muchos abandonan. Yo solo puedo decirte que sigo sintiendo exactamente lo mismo, ante la noticia de un nuevo caso, la misma emoción, el mismo escalofrió, que el lejano día en que con 11 años tuve primera noticia de este universo. Eso es lo que me vale. Los ovnis, y todo lo que les rodea, cambiaron mi vida. Y mientras viva estoy seguro de que esa incógnita, esa emoción, esa sensación, viajará junto a mi.
GONZALO P.: En el mundo de la investigación ufologica, hace 30 años, había gente que tan sólo intentaba desprestigiar el fenómeno; otros a los que no les hacía falta moverse de su sillón para dictaminar la naturaleza de un caso o quienes, a menudo, se dedicaban a entorpecer los trabajos de otros colegas. Es triste admitirlo pero esta realidad existió ¿crees que esto continúa así en nuestros días?
IKER J.: Creo que ahora hay negadores muy desinformados, que cumplen un rol, un papel muy definido, en consonancia con la pura alienación del género humano, y otros, muchos, que dan por buena cualquier fantasía colgada en internet. No me convence ninguno de los bandos. Prefiero ir por libre. Tengo mis ideas. Los ovnis para mi son buenos , en el sentido de que me han llenado de lecturas, de reflexiones, de esperanzas, de emociones, de miedos, de conocimiento, de kilómetros, de rutas, de lugares jamás imaginados. Esa deuda que yo tengo con el fenómeno, ese “contrato de vida” no lo tienen ni negadores ni fantasiosos de internet. Unos y otros se acabarán cansando. Yo no. Porque mi duda, mi pasión, mi escalofrío, es real.
GONZALO P.: La verdad es que a los periodistas del misterio casi se les exige saber de todo. En tu programa se evidencia que estos asuntos en muchos de sus aspectos son competencia de diversos campos de la Ciencia. ¿Crees que la parapsicología o la ufología serán, algún día, acogidos de algún modo por la Universidad o esto es una barbaridad?
IKER J.: Es como meter el amor, la envidia, la fe, la ira, o la creatividad, como materia universitaria. Me parecen mundos opuestos. El misterio se acerca más a lo numinoso, lo sagrado, lo incomprensible, lo inaprensible. Es un mundo que no se puede meter en la probeta. Un mundo tan viejo como el hombre.
GONZALO P.: ¿Es cierto que se percibe una especie de conexión invisible entre investigadores realmente dedicados al misterio y por lo general entre ellos y el propio enigma?
IKER J.: Estoy convencido de ello. Yo era un niño en Vitoria. Soñé con todo esto. Con dedicar mi vida a algo solo imaginable en un cuento. Dedicar la vida a algo tan a contracorriente del mundo frío, lógico, mecanicista, biológico, ultraordenado; una realidad carente de cualquier sentido de lo sagrado. Soy una rara avis que no comulga con el pensamiento descreido, robotizado, desprovisto de valores, que impera en el mundo. Es como una fábula. Sin duda, el “Enigma” tiene algo que ver en todo esto. Había una posibilidad entre un billón de dedicarse a esto. A todo este universo extraño en el que me muevo. Y ha ocurrido. Yo creo, por supuesto, que “La Nave Nodriza” te guía, si no le fallas. Si tu búsqueda, si tu emoción, es auténtica.
GONZALO P.: Existen escenarios de misterio en los que se percibe algo extraño en el ambiente, una cierta incomodidad, aún cuando el lugar ofrezca una imagen de lo más inocente ¿verdad?
IKER J.: Desde luego. Muchos. Yo de algunos he salido corriendo. Eso está ahí. La tierra tiene sus códigos. Hay lugares que son pacíficos, amables. Y todo lo contrario. Yo lo he comprobado. Otro tema fascinante, sin duda. Es como si la Tierra misma nos hablara con un lenguaje que solo conocemos fragmentariamente.
GONZALO P.: Para finalizar, quiero regresar a tus primeros años como periodista del misterio consistentes en una constante búsqueda y una permanente labor de investigación de campo. ¿Sientes nostalgia de aquellos tiempos? ¿Con qué te quedas esa etapa?
IKER J.: Siempre pienso en positivo. Siempre creo en lo bueno de la Vida. La Vida es el mayor enigma. Mayor que la muerte, mayor incluso que los extraterrestres. En el nacimiento de cada vida, y el surgimiento de la vida humana, además del milagro del inicio de la vida en el planeta, representan desafíos inabarcables pero maravillosos. Todos llevamos ese misterio dentro. Yo soy parte de él. Y tú. Creo que hay que vivir con esa conciencia. Creo que en todo este tiempo he aprendido muchas cosas. Me he convertido en un férreo defensor de la Vida, de la vida mágica, milagrosa, auténtica, y un feroz combatiente de lo que signifique ir en contra de ello. En este mundo falso, nos han hecho ir incluso en contra de la vida. Es increíble. El ser humano, bestializado, ha ido admitiendo cosas inadmisibles en cualquier otro momento de la Historia. Deseando solo la riqueza y satisfacer las pulsiones más primarias, ha abandonado cualquier espíritu de sensibilidad superior. El arte, como siempre y desde el principio, es una de las pocas ventanas que existen para contemplar el escalofrío del misterio y la creatividad. Una ventana al auténtico espíritu. Al margen de ello, muchos, perfectamente organizados, quieren que vivamos como consumidores irreflexivos. Estamos muy cerca de convertirnos en algo peor, infinitamente peor, que los peores animales. No tenemos su nobleza, ni sus códigos. Jamás mataríamos a un bebé, por ejemplo. La envidia, la ira, el resquemor, la huída de todos los valores eternos y auténticos, han despojado al ser humano de casi todo lo valioso y trascendente.
En todo este tiempo, Gonzalo, he aprendido a ser un “guerrero” de lo Trascendente. Creo en lo Sagrado, en poderes superiores a la banalidad del ser humano. Creo en todo ello y cada programa, cada investigación, en el fondo es un puñetazo en la mesa. Con sus variantes y , por supuesto, procurando atraer la atención del espectador. Ya no es `periodismo, ni periodismo del misterio. Es un intento, no sé si desesperado, de demostrar la pequeñez del ser humano ante el enigma de la Vida.
Cada pregunta, cada reflexión, cada historia, va en ese sentido. En lo pequeño y en lo cósmico, en las estrellas y las células. En todo reside el misterio de esa pulsión que creo la realidad. Quieren que no nos demos cuenta. Por eso nuestra cruzada es muy importante. A contracorriente, frente a todos los que se erigen como modeladores de un pensamiento único. Creo en la Vida, en el misterio de lo sagrado, en el Relojero Cósmico, y en las fuerzas ajenas al hombre. Eso, sinceramente, es una postura valiente.
Ser consciente de esa postura , y defenderla cada semana, darle voz y altavoz, es la mayor enseñanza de todos estos años.