
Estas células blancas sanguíneas son vitales en la defensa contra patógenos y en el reciclaje de hierro de los glóbulos rojos, pero es poco probable que estén involucradas en la detección magnética.

Los científicos creen que deben existir células magnéticas en algún lugar del cuerpo de las palomas
“Parece ser que el magnetoreceptor que ha inventado la naturaleza no es nada simple y necesitaremos todas las herramientas de las que disponemos para encontrarlo”, declara el biólogo. La búsqueda continúa y para entender los mecanismos de orientación de los pájaros será necesario combinar técnicas etológicas, moleculares, anatómicas y de análisis genético.
“La orientación que tienen las aves es increíble –se asombra Keays–. Imagina que te meten en una caja oscura, te suben a una furgoneta y te dejan en un lugar absolutamente desconocido a 1.000 kilómetros de tu hogar. Yo sería incapaz de volver a casa, pero las palomas no. Estos pájaros son capaces de volar en línea recta hacia su palomar”.
Seguramente las palomas son capaces de usar multitud de señales sensoriales para orientarse, como el olfato, la visión y el campo magnético, pero cómo detectan este última continúa siendo un misterio.
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